Cuantificar gastos, elaborar nuevos calendarios de trabajo, buscar el modo de cumplir o aplazar los compromisos de entrega, conseguir una financiación comprometida por la caída de la economía. Planificaciones interrumpidas, patrocinios que han quedado a medias y costará cerrar, inversores que se habrían beneficiado de las desgravaciones que se perderán. Televisiones involucradas a la espera del nuevo escenario, ayudas que justificar, planes de producción, distribución y exhibición trastocados, estrategias y campañas de marketing que volver a dibujar… Es solo el primer esbozo de una situación, la que ha provocado el Covid-19, que se muestra muy complicada para el sector cinematográfico.
Más de 300 rodajes se han suspendido en España desde el pasado 11 de marzo a consecuencia del COVID-19, el 52% de ellos españoles y el 48% producciones internacionales, según el recuento realizado por la Spain Film Commission. De ellos, 34 son largometrajes (ficción, documental y animación) y 28 son cortometrajes. Las productoras calculan que las pérdidas están siendo de más de 20 millones diarios. A estos números hay que sumar la paralización y cancelación de estrenos con el cierre de las salas y la suspensión de las campañas de márketing, así como los retrasos de los festivales de Málaga y Cannes. Mariano Barroso, presidente de la Academia de Cine, explicó en la SER que una de las propuestas que el sector audiovisual ha enviado al ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes, es “flexibilizar todos los plazos que marcan las ayudas y los contratos” en relación con los estrenos, así como “soporte económico para todas las producciones que accedan a festivales y quieran estrenar en cines”. Además, el mundo del cine pide que no se retrasen las convocatorias y que las empresas se puedan acoger a las ayudas del consorcio de seguros, ya que ahora mismo hay en torno a “50 títulos sin fecha de estreno que tienen que salir antes de fin de año”, resaltó Barroso.
Las conversaciones han comenzado. Rodríguez Uribes ha hablado con más de 30 representantes del sector para explicarles el plan económico del gobierno. “Queremos que el sector de la cultura no se sienta desamparado”, ha declarado, destacando que “la cultura es un bien de primera necesidad tanto en su vertiente social como en la económica y para la convivencia en valores”, por lo que ha señalado que a esta primera ronda de llamadas seguirá el “contacto permanente de los directores generales del departamento con el sector”.
Entre otras medidas y planes, el cine reclama a través de la Spain Film Commission un plan de promoción de España como destino de rodaje. Pilar Benito, que además de productora en Morena Films es la presidenta de la Asociación Estatal de Cine, lleva más de una semana negociando con el ICAA y su directora, Beatriz Navas. Propone, entre otros puntos, seguir el modelo de la industria china, que se adaptó a las circunstancias y consiguió que sus estrenos más potentes pudieran verse en diferentes plataformas digitales. Unas plataformas que con esta crisis ha registrado un aumento de suscripciones. Filmin y Flixolé, las dos grandes plataformas de streaming de nuestro país, se consolidan estos días de confinamiento con aumentos que van desde el 70% al 200%
ESTRENOS ALTERADOS
Unos la han tildado de faena, otros de trastorno y la mayoría califica de grave una situación que no se sabe cómo acabará ni qué consecuencias acarreará a nuestro sector en particular y a la industria audiovisual en general, no solo en España sino también a nivel mundial.
Cuando aún quedan nueve meses para acabar 2020, se plantea la gran pregunta: cuando esta crisis pase, ¿habrá dinero, tiempo y lugar para filmar y estrenar todo o se perderán un sinfín de historias por el camino?
Mientras todos estamos confinados en casa, unos escriben, otros aprovechan para montar el material grabado y organizar los archivos localizados y muchos buscan la manera de poder seguir adelante con sus proyectos una vez arrecie el temporal, que promete ser intenso.
Películas en pausa
Algunos productores han visto cómo sus películas se caían de la cartelera sin saber si regresarán y, en el caso de que lo hagan, si se verán resentidas. Es el caso de Invisibles, de Gracia Querejeta, que se estrenó el 6 de marzo. “En la semana que estuvo en salas captó la atención de 33 000 espectadores y recaudó casi 200 000 euros, con solo 66 copias. El siguiente viernes, 13 de marzo, íbamos a ampliar a 151 copias, pero lo tuvimos que cancelar todo. Se supone que la película regresará cuando todo vuelva a la normalidad, pero está por ver en cuántas salas, y si la gente va al cine”, explica el productor Luis Collar. El cierre de cines supuso también un final anticipado para Adú, de Salvador Calvo, cuando tenía una buena posición en el top 10 –superando el millón de espectadores– y se estaba consolidando como la película más vista del año, acumulando una recaudación de más de 5,9 millones de euros. “Teníamos un estimado realista de unos 500 000€ de taquilla más, siguiendo el comportamiento que estaba teniendo. Es difícil que cuando se vuelvan a abrir los cines Adú siga bien”, declara el productor Edmon Roch (Ikiru Films).
Fuente: academiadecine.com